sábado, 4 de junio de 2011

Sobre la Construcción de una Iglesia independiente del Monoteísmo y del NOM

Iglesia significa asamblea, comunidad. Según la interpretación alegórica proto-católica, la Iglesia (cristiana) nació de la herida del costado del Cristo bajo la forma de la sangre y del agua. En la doctrina católica romana, la definición dogmática de Iglesia establece un fraccionamiento de la institución episcopal en tres franjas: la iglesia triunfante, la iglesia militante y la iglesia purgante. 

La postura más radical del conservadurismo eclesial nos llega de la mano de la obra de Maurice Pinay "Complot contra la Iglesia", que interpreta a la conspiración illuminati o masónica como una entente abocada a la demolición de la Iglesia Católica Apostólica Romana. 

En el ala reformista de vanguardia irrumpe la figura descollante del teólogo Hans Kung, que postula una modernización o extensión del concepto de Asamblea. La Iglesia se parte en Iglesia consciente e iglesia anónima. La primera está conformada básicamente por los bautizados, pero la mera condición de especie, otorga a todos los hombres (por todos los cuales dio la vida en la cruz el Verbo Hecho Carne) el permiso o la credencial de pertenencia a la comunidad cristiana. De este modo, la declaración sobre libertad religiosa y cultos no cristianos del Concilio Vaticano II, se compone con un ideario de Iglesia Ecuménica real con proyección hacia el nacimiento de una religión sincrética.
Añadimos una tercera ponencia sobre la Iglesia cristiana, es la del historiador crítico Karheinz Deschner, que en su obra "Historia Criminal del Cristianismo", desmenuza con rigor implacable los errores y las barbaries acometidas por la institución episcopal católica a lo largo de los siglos (inquisición, purgas, cruzadas, intolerancia, discriminación, etc.)
                                                                                          
                                                                                                   CUESTIONES

¿Lograremos distinguir dentro de la evolución histórica de la Iglesia sus aciertos de sus crímenes? ¿Necesitamos realmente la consumación de un nuevo culto ecuménico con el riesgo de legitimar una religión adicta al NOM e incluso mentora suya?

¿Cómo entablaremos un diálogo inter-religioso capaz de conducirnos hacia una edad independiente de los monoteísmos edípicos? ¿Seremos capaces de gestionar una espiritualidad ajena a la propuesta subliminal de la masonería y a la de los fundamentalismos fideístas?


Ramakrishna describía a Dios como témpano. El corazón del hombre es el sol, decía. Cuanto mayor amor a la vida haya en su interior más calor irradiará. El amor del hombre dirigido a Dios (témpano), lo derrite y lo reintegra al océano universal, a la conciencia cósmica, y al vacío

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